jueves, 25 de septiembre de 2008

Crónica policial.

“Una anciana inofensiva”







¿Cuánto se puede esperar de una anciana, ya casi de 80 años?
Una historia vivida, travesuras infantiles las cuales cuenta con felicidad, hijos, nietos, una casita en el campo. ¿Que más?






Aunque sea difícil de creer, esta anciana, llamada Emma Greenwold, puede contar todas estas anécdotas y también parecer inofensiva, pero esta señora, en realidad es todo lo contrario, cometió asesinatos sin escrúpulos, al principio a causa de su amor hacia un señor llamado Robert, ahora, podemos saber todos sus crímenes gracias al descubrimiento de este ultimo asesinato, el de John Bland, su vecino.
Anne, la esposa de John, luego de haber regresado de la ciudad vio a su esposo muerto frente a la ventana del lado de afuera. Esta se asusto y llamó de inmediato a la policía, estos llegaron una hora luego, ya que ellos se alojaban en un alejado campo. Al preguntar si alguien podría haber visto a alguien, Anne recordó a la única vecina que había allí, Emma Greenwold. La policía, decidió ir a investigarla, pero esta dijo no haber visto nada.
Luego de una semana, al haberle hecho una autopsia al cuerpo de John descubrieron veneno en su estómago.
La policía decidió volver a la casa de Anne, junto a ella volvieron a la casa de la anciana porque Anne sospechaba que ella podría haber sido la culpable ya que su marido, John, acostumbraba a saludar a los nuevos vecinos.
Al llegar a la casa de la anciana, comenzaron a revisar sus pertenencias, al revisar la alacena de la cocina, descubrieron en un frasquito veneno. Cuando preguntaron por qué poseía veneno, la anciana empalideció, sus nervios eran notorios y no sabía que responder.
Los policías se dieron cuenta y la llevaron a la comisaría con el fin de interrogarla. Pero antes pidió ir al baño y allí terminó con su vida y dejó una carta:

“Si están leyendo esta carta es porque me encuentro muerta y debo decir algo, no me arrepiento de ninguno de mis asesinatos ya que en el amor y en la guerra vale todo. No me arrepiento de haber asesinado a Helen, la esposa de mi amante, a Julie una testigo, a Robert, que resulto ser demasiado cobarde para estar conmigo y menos que menos a alguien que pretendía matarme, John, mi vecino.”


Nunca creas en las apariencias.


























Acá, tejiendo, uno de sus hobbies.








escrito por: Micaela Szpigiel y Cindy Belter.





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