jueves, 25 de septiembre de 2008

Crónica periodística





Crimen cometido por desesperación de posesión de fortuna.
Crimen de misma sangre
Un hombre asesina a su tío, para cobrar herencia.





El 21 de mayo del 2008, alrededor de las 23.20, ocurrió un asesinato en el cual el asesino y el asesinado eran familiares. El móvil se trataba de desesperación por cobrar una herencia, ¿vale esto la pena para matar a un familiar?
Las razones por las cuales se culpa a Abelardo Marcón como asesino de la tragedia, es que tenía un motivo, ya que con la muerte de su tío, seria poseedor de su fortuna; no tenía una buena coartada ya que el doctor afirmó que Osiris falleció unos minutos antes de que él llegue, y cuando él llegó, se encontró con Abelardo, es decir que aparentemente Abelardo se encontraba en el lugar del asesinato cuando este ocurrió. Además, sus huellas estaban grabadas en el arma homicida y el asesinado había pedido, antes de morir, que se investigue la vida personal de Abelardo Marcón, su sobrino.
Hemos tenido dos respuestas a este asesinato; Uno desde el unto de viste del asesino, Abelardo Marcón, el cual niega haber asesinado a su tío, y por otra parte, tenemos el del Dr. Espíndola, el doctor personal de Osiris.
Abelardo Marcón, luego de ser interrogado en tribunales, confirmó lo siguiente: “Yo no tuve nada que ver con el asesinato, yo estaba en un bar jugando al póker, cuando recibí una llamada de mi tío diciéndome que vaya urgente a su casa ya que me necesitaba. Llegué a eso de las 23.00 a la estancia y cuando subí a la habitación de mi tío, lo encontré muerto.

Cuando estaba yendo a la policía para realizar la denuncia, llegó el Dr. Espíndola y me acusó de haber matado a mi tío”.
Esto es lo que el Dr. Espíndola afirmó: “Yo llegue ala casa de Osiris, a eso de las 23.40, ya que el me había dicho que vaya apresuradamente a su casa. Cuando llegue vi Abelardo, su sobrino, saliendo de la habitación de su tío con una cara de sorprendido.
Luego cunado entre ala habitación lo encontré a Osiris muerto, parecía haber sido asesinado, y cuando el detective nos comento que las huellas de Abelardo estaban grabadas en el arma con el cual había sido matado Osiris, confirmé mi teoría, todo coincidía”.

Por: Karen Elkes y Maia Grzeda Wassergott.

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